El Palmeral de Skoura: un oasis en medio del desierto
El Palmeral de Skoura es un milagro que surge entre la cordillera del Atlas y el desierto.
Gracias a sus aguas de los ríos Hajaj y Madri , sus acequias y canales surge este exuberante lugar que contrasta en una zona tan árida.
Aunque ahora podemos encontrar una ciudad como tal, en sus orígenes la población se diseminó por numerosas aldeas a lo largo y ancho del palmeral. Visto desde lejos, lo que más llama la atención de este paisaje son las decenas de kasbahs de la zona. Estas antiguas fortalezas de adobe, eran residencia familiar y de fortificación contra ataques enemigos, son uno de los principales atractivos del Valle del Dadès.
En la ruta de las mil kashbas
Si has llegado hasta Skoura te encuentras en medio de la conocida como Ruta de las Mil Kashbas.
Esta ruta une Ouarzazate y Tinehrir, es una de las más populares de los viajeros a Marruecos con espíritu de aventura. Cada año, cientos de turistas recorren este camino jalonado de antiguas fortalezas para hacerse una idea de cómo era la vida en Marruecos hace tres o cuatro siglos.
Un enclave creado en tiempos de Mulay Ismail
Según la tradición oral, el asentamiento de Skoura comenzó a formarse en el siglo XVII.
Por orden del sultán Mulay Ismail se construyen varias fortalezas en la zona para asegurarla frente a incursiones enemigas.
Qué ver en Skoura: las kasbahs más interesantes
De entre las muchas kasbahs que están diseminadas por el palmeral de Skoura, sin duda alguna la estrella es la Kashba Amridil, una de las más interesantes y mejor conservadas de todo el Valle del Dadès. Puede que tengas una cierta sensación de déjà vu al encontrarte frente a ella, de que ya has visto antes su silueta. Es normal: está representada en billetes antiguos de 50 dirhams. Además, ha sido una localización frecuente de películas, y aparece en cintas conocidas como Lawrence de Arabia o Ali Babá y los cuarenta ladrones.
Kasbah de Ait Abú
En la zona norte del palmeral, junto a una aldea llamada Tajanal, se encuentra la Kasbah de Ait Abú, la más alta de la región. Es bastante posterior a la de Amridil, data de principios del siglo XIX.
Fuera de Skoura pero dentro de la ruta encontramos el Oasis de Fint
Cuando ya los ojos se han adaptado al juego de tonos ocres de Marruecos, aparece el oasis de Fint como una ensoñación. Un vergel lleno de palmeras, y con la codiciada agua.
Lo más aconsejable es recorrer todo su contorno, hasta llegar al pueblo. Los vecinos muy hospitalarios, seguro que no se molestarán si curioseas un poco su forma de vida.
Si dispones de tiempo nosotros recomendamos alojaros en alguno de sus alojamientos, nuestro preferido sin duda ksar el kabbaba
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