La Kasbah de Tánger

En estos últimos años, la Kasbah de Tánger ha sido totalmente rehabilitada y, además de arreglar calles, poner buena iluminación y pintar fachadas, se han restaurado edificios como el que veis en la foto y en el que se ha inaugurado un museo dedicado a la figura de Ibn Battuta, un tangerino del siglo XIV que fue uno de los grandes viajeros de su época y, podríamos decir, de todos los tiempos.

Ibn Battuta la historia que cuenta el museo de La Kasbah de Tánger

Kasbah de Tánger y a Ibn Battuta

Primeramente el objeto el motivo para salir de su ciudad era el de peregrinar hasta la Meca para cumplir, de ese modo, uno de los preceptos que manda el Islam. Sin embargo, una vez conseguido esto no regresó a casa, entonces comenzó explorar otras latitudes y durante treinta años se dedicó a recorrer el mundo. Fue probablemente el mayor viajero de la Edad Media. 

Un viajero incansable que llegó hasta las Maldivas

Como resultado, de este gran viaje, Ibn Battuta llegó hasta China también visito Rusia y estuvo en la India, en Ceilán y en las Maldivas, también viajó a lugares de África como Mali y Zanzíbar, a Oriente Medio y al Golfo Pérsico y también se trasladó a Al-Andalus. Recorrió más de 120.000 kilómetros y todos sus viajes, las personas con las que trató y las experiencias que vivió las plasmó en su libro Rihla (Viaje).

El camino que me llevó a la Kasbah de Tánger y a Ibn Battuta

La primera vez que oí hablar de él fue mientras residía en Dubái.

Allí en esa ciudad de vertiginosos edificios, interminables autopistas e inmensos centros comerciales también, viví durante una época de mi vida. A uno de ellos iba yo asiduamente para hacer la compra en el súper. Era el que me quedaba más cerca de casa. El nombre del Mall era Ibn Battuta y la decoración de todo el recinto estaba dedicada a los viajes del explorador.

Tantas secciones como lugares había visitado

Había diferentes secciones que correspondían a algunos de los lugares que él había visitado.

En cada una de estas secciones había reproducciones de algún monumento de ese lugar.

Un lugar kitsch y en la que la figura del explorador y viajero quedaba extravagante entre aquel batiburrillo de tiendas, cafés y decoraciones de cartón piedra.

Todo lo contrario de lo que ocurre en el museo que le dedicó la ciudad de Tánger donde se respira el amor, el respeto y la admiración que le rinde su ciudad.

Y tú ¿Has visitado Tánger? ¿Habías oído hablar de Ibn Battuta?

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